jueves, 15 de octubre de 2009

Algo incrustado en el cerebro

La historia humana comienza con un acto temerario, según el mito del paraíso terrenal: Eva mordiendo la manzana.Pero Eva lo tenía todo, y cabe suponer que si lo tienes todo no deseas nada. ¿Por qué Eva aceptó la fruta que le tendía el reptil?¿Quizá la serpiente era simplemente la imagen de su curiosidad, de una curiosidad vinculada a la sospecha de que le faltaba algo por conocer?Comprendo la acción fatal que da origen a la humanidad orque nada me arrastra tanto como la curiosidad por conocer la zona oculta de las conciencias y el denso tejido de tinieblas que fluye por debajo de la conducta humana. Esa curiosidad se fue desarrollando en mí desde la infancia y todavía no sé cuando acabará concretándose.

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