martes, 13 de octubre de 2009

Humo

Sí, definitivamente me gusta esta sensación, me gusta sentarme en cualquier sitio y cerrar los ojos. Me gusta sentir el roce del humo en mi paladar, me gusta el olor a "nosepuedeexplicar" que desprende. Me gusta estar aquí, y ya. Sigo con los ojos cerrados, las imágenes pasan por mi cabeza como diapositivas y no puedo dejar de sonreir porque a pesar de los malos momentos, siempre sobresalen los buenos. Se encuentra delante de mi, entre mis dedos y está gritando de abandono en cada palabra; a veces se calma y habla como en un susurro, de manera tan íntima como de sexo a sexo. Luego, sin que te des cuenta, se cose sobre del hundimiento de los párpados y es en ese preciso momento cuando empieza a cumplir su función de ojo rojo y te deja con la frente marchita, aquella que no se borra por más que lo quemes. A ella le gustaba esa intensidad, esa impresión intensa de volar en su estado puro. Esto es más que una rutina. No importa la causa sino el efecto. No importa que haya insomnio. Son cosas de la vida. Todos nos topamos alguna vez con la soledad aunque no llueva.
Sólo diré que lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo.

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