jueves, 17 de marzo de 2011

Si por vivir todo lo bueno hube de vivir todo lo malo, no renuncio a nada de lo malo por no perder nada de lo bueno.

Hoy llegué a la conclusión de que el verdadero modo de ganar mucho es no querer nunca ganar demasiado y saber perder convenientemente. Porque si algo he aprendido de mi padre es que no es rico el que tiene mucho, sino el que da mucho. Después de todo la felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace. Y no hay nada mejor, cuando se ama, que dar, dar siempre, darlo todo, todo, vida, pensamiento, cuerpo, todo lo que se tiene, y sentir claramente que se está dando, y estar dispuesta a arriesgarlo todo por dar todavía más.
Contigo he descubierto que el amor lo llena todo. No puede ser deseado, porque es un fin en sí mismo. No puede engañar, porque no está relacionado con la posesión. No puede estar encarcelado, porque es como un río, y se desbordará. El que intente encarcelar el amor tiene que cortar la fuente que lo alimenta, y en ese caso, el agua que ha conseguido juntar acabará estancada y podrida.

Se que a veces me enfado con el mundo y me convierto en una niñata inconformista. Tengo ganas de gritar y desgarrarme la garganta. De arañar y arrancarte la piel. De morderme el labio hasta sangrar. De correr hasta acabar tirada en el suelo sin poder respirar. Taladrarme la cabeza con música. Saltar sobre la cama. Ponerme al límite... Y de verdad, se que no siempre tengo las respuestas correctas, pero al menos lo intento. No seré la mejor, pero sé lo que quiero. Y se que a veces me obsesiono demasiado con los cambios pero realmente creo que el verdadero amor tiene que cambiar con el tiempo y crecer y descubrir nuevas maneras de expresarse.

...Aunque a veces para ver el arco iris, tengamos que soportar la lluvia, siempre merece la pena. Después de todo, no hay luz sin oscuridad; no hay valor sin miedo; no hay cerca sin lejos; no hay yo, sin tú. Cuando todo lo demás sobra es porque simplemente estás cerca de mi.

Desde hoy te prometo abandonar mi mente, y volver a mis sentidos. Básarme en el sentimiento, la razón es dañina e ignorante. El miedo me absorberá. La vida ya no tiene ni el más mínimo sentido si tú no estás conmigo. Incluso si no puedes escuchar mi voz, yo estaré a tu lado.

2 comentarios:

Adler dijo...

Algunos como yo huyen de los sentimientos para evitar hacerse daño de nuevo. Y tu en cambio, esquivas la razon. O no sufrir y razonar, ser un espiritu libre e intentar no ser voluble, escudarte de las emociones o vivir con mayusculas y no temer la caida... Es de mucha valentia abandonarse a los sentimientos. Me ha gustado mucho esta entrada :)

Paula Pastrana dijo...

no podria estar mas d acuerdo contigo, enserio
una foto muy acertada x cierto!!=)