Me recuerdo consumida, ¿dónde estabas? ¿prefierías hablar o follar?. Cada día me moría recordando historias de hace meses atrás, y sólo acababa preguntándome ¿prefieres hablar o follar?. Si tus ojos no cambiaran, todos los dias serían iguales. Tenía que dedicar un trocito de mi espacio a mis cuatro meses a tu lado, era inevitable...Pedía a Dios sabe qué, que ojalá hubiera un reglamento para la intimidad; una guía donde se explique cuando se traspasan los limites. Estaría bien saber cuando lo haces, aunque... no sé si podrías lograrlo. Intimas cuando te lo permiten, y sigues mientras te dejan, en cuanto a las normas… quizás no haya ninguna, quizás sea uno mismo quien tenga que definirlas
La ansiedad por liberarme era una admisión de derrota.
La ansiedad por liberarme era una admisión de derrota.
No hay comentarios:
Publicar un comentario